Y es que cuando les escuchas decir semejantes sandeces propias de destalentados e ineptos, te explicas, por ejemplo, como se armó la que se armó con la isla Perejil. En fin. Palacio ha sacado el morro para decir que Podemos es como ISIS -esos asesinos que degüellan a la gente y se cargan a cañonazos la cultura y el arte de su país- o que, al menos, tienen nostalgia de un califato. La pobre se ha enredado en una maraña de siglos saltando del XI al XVII y el XVII al XI solo para hacer el ridículo; mientras desde las entrañas del PP se pide una refundación.
Sí señores. Sorprendente pero cierto. Desde las alcaldías y desde las entrañas del PP, se pide que el partido se disuelva y vuelva a fundarse. ¡Cómo estarán las cosas! Y es que, al parecer, el PP va atener que refundarse o sí, o sí; por el bien de un partido necesario para el equilibrio de fuerzas políticas en España si no quiere que lo que ocurra es que comiencen a producirse fugas para fundar un partido nuevo. Que también podría ser. Porque, al fin y al cabo, debe existir un partido «legal» de tendencia conservadora.
Mientras tanto, el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, asegura que Bárcenas y Delapuerta -los tesoreros- trabajaban para «una organización criminal» y que desde 2003 hasta 2008, al menos, el partido Popular se financió irregularmente. De paso pide al partido 1,2 millones de euros de fianza por el Caso Bárcenas.
Pero hoy quiero poner el foco en Carmena y Colau, las próximas alcaldesas de Madrid y Barcelona si sus negociaciones salen a su gusto, sin que sirva de precedente. Porque antes me lleno los dedos de pegamento Imedio, a escribir sobre la gestión de alguien que no ha gestionado. Solo una apreciación sobre sus diferentes expresiones corporales y una corazonada, llamémosla especulación.
No veo ni un solo prejuicio en Manuela Carmena a la hora de tratar con ecuanimidad a todos los sectores sociales y sus problemas. Carmena tiene claro que las clases sociales van a seguir existiendo porque existen desde que el mundo es mundo; y, opino, su obsesión es simplemente que seamos un país democrático y luchar contra esa desigualdad que va en crecimiento y que los organismos internacionales nos echan en cara todos los días.
Manuela Carmena luchó por la Democracia y sabe que la excesiva desigualdad y el desmantelamiento del Estado del Bienestar, pones en peligro a la larga, la paz social. Es una estratega demócrata que sabrá hablar y llegar a acuerdos con empresarios, con financieros, con banqueros y con ciudadanos.
Ada Colau, sin embargo, es una activista de base. Eso me hace pensar que quizás deberá pulir esa especie de animadversión que tiene por todo lo que no sea pobreza y miseria, si lo que desea es conseguir una Barcelona más igualitaria. Porque la democracia es una cosa de todos. De diálogo entre ricos y pobres. Entre trabajadores y empresarios.
No me ha gustado su lenguaje corporal a la hora de «tomar» el ayuntamiento flanqueada por cuatro «de los suyos». Porque si es alcaldesa, todos los barceloneses serán «sus barceloneses» Y todos son necesarios. Espero que no cometa los mismos errores que los demás. Deberá cuidar su visceralidad.
Atentos estaremos a la evolución de los acontecimientos
Gema Castellano @GemaCastellano