Mi pregunta es mucho más perspicaz. Me pregunto qué pasará con esos miles de personas que seguirán huyendo de la guerra cuando las cámaras de las televisiones se hayan ido de los campos de refugiados de Hungría. Cuando este éxodo ya no sea noticia de actualidad. Cuando esta solidaridad en parte auténtica pero que tiene también mucho de sensacionalista, se atenúe. Cuando solo queden allí los que siempre estuvieron. Esas asociaciones a las que nadie escucha.
Los europeos volveremos a ponernos la venda en los ojos y nos encogeremos como los caracoles pidiendo a nuestros gobernantes que nos protejan de todos esos que vienen a hacernos daño. Porque ellos son los que tienen la culpa de que nuestro Estado del Bienestar se tambalee. Ellos son los que nos amenazan. Pediremos a nuestros gobiernos que cierren las fronteras. Que endurezcan las leyes. Que nos quiten libertades en pro de darnos más seguridad.
Los del norte -Alemania para arriba- seguirán mirándonos a nosotros -los del sur- como lo han hecho hasta ahora -de la misma manera que miran a los sirios-, pero nosotros seguiremos creyéndonos que tenemos el mismo prestigio que ellos -los del norte- porque nuestros gobernantes nos dicen que crecemos más que ellos. Y nosotros nos lo creemos …
Pero no. En Europa, no valemos lo mismo. Ni nosotros, ni los griegos, ni los italianos. Allí se marca la frontera. La xenofobia crece en el norte y aquí también crece porque creemos que somos como ellos; y ellos nos ven como a los otros. Como a los que vienen huyendo. Ya veremos que pasa con Europa… la vieja Europa… la bella Europa.
Gema Castellano @GemaCastellano