Sí. En la sede del Ministerio del Interior sentado frente al ministro, la persona que hundió Bankia mintiendo para que saliera a Bolsa, el que provocó que los contribuyentes tuviéramos que rescatar Bankia con 22.424 millones y hacernos cargo, ahora, de las indemnizaciones a los damnificados; el que se gastaba el dinero de las tarjetas black en clubs y alcohol; el que cobró 2 millones de euros en comisiones a proveedores de Bankia; el que presuntamente blanqueó dinero y estafó a Hacienda, entre otros presuntos delitos; ése que, además, fue vicepresidente económico con Aznar y director gerente del FMI, se permite el lujo de sentarse en el ministerio a hablar de Cataluña. Estamos locos.
Ni siquiera por higiene y vergüenza política Rodrigo Rato es capaz de esconderse. Muy al contrario, pide audiencia a un Ministro del Interior -que se la da- y se deja fotografiar, para engordar su soberbia y egocentrismo, en yates y terrazas de lujo o zambulléndose en las aguas más caras de España. Demostrando poderío
La tolerancia del Partido Popular ante este tipo de actitudes es colosal e insultante. Los que por respeto a los contribuyentes deberían repudiar a Rodrigo Rato, lo reciben; y los otros palmean y minimizan la terrible afrenta a los ciudadanos. «Usted no tiene ningún derecho a venir aquí a hablarme de sus asuntos y menos de Cataluña», debería haberle dicho el ministro al presunto delincuente.
Sin embargo, Cristina Cifuentes, la que ganó la presidencia de Madrid con la propaganda de tolerancia cero a la corrupción, dice que «no es para tanto», y el presidente del gobierno se niega, en cuatro ocasiones, a hablar del asunto. Dice que el ministro irá el viernes al Congreso a hablar -más bien debería haber dicho que el ministro ha sido arrastrado hasta el congreso para que hable- pero que «no va a haber nada de particular».
En fin.
Recordemos que ésta -la de Rato y el ministro- era, al fin y al cabo, una reunión secreta que ha trascendido. Mucho interés se le ve a Rato en demostrar que tiene el apoyo de los suyos y que las reuniones secretas con Rato tienen cierto peligro. La última importante que también trascendió fue con Fainé, el ya desaparecido Botín y Guindos, y días después se produjo la intervención de Bankia
Pero lo más importante de hoy son los números. Ya en 2013 avisaba The Wall Street Journal y posteriormente medios como Le Monde o The Times, se han referido al peligroso asunto; aunque en España ningún medio de referencia a querido abordar el tema. Son los economistas los que están haciendo pública la situación.
Para entenderlo sin retorcimientos. Durante los gobiernos de Aznar y Zapatero, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social fue una prioridad. Los dos mandatarios dedicaron recursos a que lo que llamamos la Hucha de las Pensiones, fuera una garantía. Cuando Zapatero dejó el poder, la Hucha contaba con 67.000 millones. En 2012, ya con Rajoy, la cifra descendió a 63.008 millones. En 2013 la hucha contenía 53.744 millones y en 2014 esta Hucha ha menguado hasta contener solo 41.634 millones. Rajoy ha utilizado el Fondo de Reserva de la Seguridad Social para comprar Bonos del Estado; es decir, Deuda Española.
No hace falta ser una lumbrera para averiguar que lo que el presidente nos vende como recuperación, es, simplemente, el saqueo más absoluto. ¡Cuidado! En breve el sistema que sedujo a Obama puede saltar por los aires.
El que necesite un trasplante de riñón que se lo pague. Son 180.000 euros. Y si no puede, ya vendrá el turismo de salud a ocupar las camas. Los que prefieren no pensar no saben lo que les espera a sus hijos.
Gema Castellano @GemaCastellano
Foto fuente: Wikipedia