En 2013, Hungría comunicaba sin cortarse un pelo al resto de los miembros de la Unión Europea, que dejaba de ser un país democrático. Su presidente, János áder, abolió, mediante reformas constitucionales, la labor de la oposición; el Tribunal Constitucional dejó de juzgar también por decreto; se cargó la libertad de prensa y condecoró a tres destacados miembros de la Extrema Derecha.
Ningún organismo comunitario -ni la Comisión Europea, ni el Parlamento Europeo, ni el Consejo Europeo, ni los países que se enarbolan como baluarte de esa nueva Europa unida y perfecta- tuvieron objeción alguna ante semejante atropello a la democracia por parte de uno de sus miembros
El presidente de Hungría, János áder, abolió, mediante reformas constitucionales, la labor de la oposición; el Tribunal Constitucional dejó de juzgar también por decreto; se cargó la libertad de prensa y condecoró a tres destacados miembros de la Extrema Derecha. Hoy, Hungría construye muros, maltrata a los refugiados y, dicen, incluso los está recluyendo en «campos» que recuerdan lo que todos quieren olvidar ¡Ah! Y se planta en Bruselas increpando a la que dicen que manda.
Y es que no se puede construir una Europa eficaz y eficiente si sus países preponderantes usan el populismo -ese que pone la falsa seguridad y el falso confort como barrera protectora- para convencer a la población y luego actúan como auténticos sociópatas
Está claro que el concepto Unión europea nos ha estallado en la cara; necesita una revisión urgente. Europa no ha sido capaz de velar por sus ciudadanos ante la mayor crisis económica jamás conocida y tampoco es capaz de garantizar las democracias y las libertades individuales. ¿Qué es lo que pretende Europa de verdad? ¿A dónde quiere llevar a su población?
Y en otro orden de cosas calificaba hoy Juan Ramón Rallo a todos estos corruptos de partidos que siempre salen impunes -hablando de que ningún imputado de las tarjetas Black ha devuelto todavía ni un euro de lo que se gastaron en alcohol, masajes, vacaciones, bolsos de lujo, coches etc. cuando esa era una condición ‘sine qua non‘ para no ser encarcelados- como «élites extractivas que han colonizado la caja pública y que han saqueado todo lo público»
También ha definido a la Banca como «sector privilegiado por el intervencionismo estatal» Hay que decir que no es Rallo precisamente sospechoso de bolcheviquismo Sí es, sin embargo, uno de los economistas españoles más representativos del liberalismo. En fin; que muchos políticos del partido del gobierno que se declaran «liberales», deberán, también, revisar su posición.
Una Europa donde nada es lo que parece ¿Será ésta la razón de nuestra decadencia? Y es que aquí siempre se nos ha sometido a base de «pan y circo»
Gema Castellano @GemaCastellano