Las 150 hectáreas que componen este espacio, están integradas en la Red de Centros de educación ambiental de la Comunidad de Madrid y acogen diversos jardines temáticos, un arboretum, varias lagunas artificiales y naturales, y un centro de actividades. Constituye, en definitiva, un espacio verde lugar de residencia de numerosas aves y paso de migratorias.
En la actualidad, el parque se ha constituido como un núcleo de prácticas deportivas sostenibles perfectamente integradas en el medio ambiente, donde es habitual encontrar personas con ropa de running, practicando ciclismo o familias que, por el contrario, prefieren el descanso y la relajación.
Con la instalación del cable esquí en la laguna principal -la laguna artificial Mari Pascuala, de una superficie de 79.105 metros cuadrados- en torno a la cual se desarrolla la vida del parque, se alteraría la fauna y la flora de este enclave natural, que sirve de paso y residencia temporal de aves migratorias.
La propia Comunidad de Madrid, define el parque Polvoranca como “observatorio regional de aves”, por lo que resulta difícil justificar la explotación comercial y privada de una actividad que alteraría la función del parque. El objetivo, según fuentes del gobierno de la comunidad, es instalar una atracción cable esquí similar a las que ya se encuentran en Benidorm (Alicante) o Barcelona y que la convertiría en la primera de estas características en la región, lo que permitiría aumentar el atractivo del parque y añadir una fuente de ingresos que mejore su rentabilidad.
Sin embargo, muchos son los movimientos ecologistas y sociales de las localidades colindantes que se oponen a esta nueva práctica y animan a la consejería a que mejore la seguridad, el mantenimiento y personal para ampliar los proyectos que actualmente se llevan a cabo y que no perjudican el medio ambiente.