‘Brokers’, ‘Traders’… términos en inglés intentan dignificar las implicaciones amorales e incluso ilegales, del día a día de estos especuladores
No. No nos equivoquemos. Esto no tiene nada que ver con la labor de esos asesores que aconsejan a los ahorradores cómo invertir su dinero para que produzca más réditos y, en algunas ocasiones -al mismo tiempo y matando dos pájaros de un tiro- ayude a la investigación, a la medicina o a algún proyecto digno. Martín-Artajo pertenece a ese nuevo perfil de jugadores patológicos credibilizados por Wall Street, que trabajan en la sombra como auténticas ratas, creyéndose inmunes, y que provocaron la crisis financiera de 2008 que se extendió por todo el mundo. No son ‘cracks’ ni superdotados. Esa es una falacia de la era de la expansión financiera. Son insensatos sin ética y sin sentido común. Lo que llamaríamos «monos con una pistola».
Pero ahí, en ese océano de números tan peligroso, todos se conocen y el «submarino» de Martín-Artajo fue «localizado, tocado y hundido». El submarino estaba vacío y dejaba tras de sí un agujero a J.P. Morgan de 4.600M€, que un irresponsable había perdido después de su peculiar partida de poker con el dinero de otros.
Javier Martín-Artajo se ha entregado, por fin, en España y está en libertad condicional tras haberse jugado 4.600M€ que no eran suyos, porque sabe que en Estados Unidos estaría en la cárcel y, posiblemente, ya juzgado.
Gema Castellano @GemaCastellano