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¿El motivo?; Pues fíjate tú… Que Hacienda ha cometido el tremendo error de meterse con su hijo, Borja Thyssen, el cual, se dedica -porque otra profesión no se le conoce- a no pagar impuestos aquí, porque dice que reside en Andorra pero vive en España, y a defraudar -estafar- más de 600.000 euros al Estado español. En fin. Un tramposo, un defraudador y un «cara dura»
Dice Tita Thyssen, Mme La Baronne por terceras nupcias, que se llevará los cuadros de España. Pues ya puede ir cogiéndolos debajo del brazo y aparcarlos en otro país donde, bien seguro, los acogerán gustosos después de que los declare y pague los impuestos pertinentes por ellos.
Verán. El Museo Thyssen se llevó 19,39 millones de euros de los 67,3 millones de euros del Plan Quinquenal de subvenciones del Ministerio de Cultura (2010-2014); y, además, como Carmen tiene la propiedad de sus cuadros a nombre de sociedades radicadas en paraísos fiscales, el Estado español tiene que negociar con ella cada año la prórroga de los contratos.
Así que la baronesa debería ir buscando otro país que le ofrezca estas condiciones en lugar de quejarse como una plañidera, porque me da la sensación de que esta señora por altruismo no hace nada. Y agradecerle, lo que se dice agradecerle, tampoco tenemos que agradecerle nada.
Agradecer debemos agradecer, y mucho, a esos médicos que por un sueldo ínfimo y cargados de guardias nos salvan la vida en los quirófanos de la Seguridad Social o a esos profesores que no se niegan a dar clases a nuestros niños en colegios públicos sin calefacción. Ellos, además de cobrar un sueldo ínfimo, pagan sus impuestos; señora baronesa. ¡Pagan sus impuestos además de hacer un servicio impagable a la sociedad! ¿Y usted va y se hace la indignada y la ofendida?
En España podemos vivir sin sus cuadros. Porque gracias a gente como su hijo que no paga lo que debe, tenemos que vivir sin los médicos que necesitamos y sin servicios de primera necesidad en los colegios públicos, entre otras cosas que se pagan con los impuestos de todos.
¡Ahhh! Y otra cosa más. En este país estamos hasta las narices de que los poderosos nos ‘amenacen’ con irse si les obligamos a pagar impuestos. Pues que se vayan. De todas formas muchos de ellos son parásitos sociales, porque viven aquí, ganan el dinero aquí, cobran las ayudas y subvenciones aquí, y luego se lo llevan. ¿De acuerdo?
Gema Castellano @GemaCastellano