Se ha rodeado Català del ministro de Interior, Fernández Díaz -quien argumenta que el que no haga nada no tiene nada que temer- para que lo avale en la defensa de ésta ley, que, tras habérsela leído y releído, ha escandalizado a la mismísima ONU. Tanto, que ésta institución internacional ha pedido al gobierno español, con contundencia, que retire de manera urgente tanto la Ley Mordaza como la reforma del Código Penal que ha aprobado en solitario; recurriendo a su mayoría absoluta.
La Asociación de Jueces para la Democracia ha calificado la Ley Mordaza de Rajoy de «Innecesaria, contraria a las libertades y plagada de errores técnicos», y la mayoría de los jueces se niegan a aplicarla. Pero el gobierno, obviamente, se está blindando ante unas Elecciones Generales difíciles.
Sin duda, este escoramiento hacia los modos y costumbres de la derecha más dura -que el propio gobierno en caso contrario llamarían «radicalización»- está dejando mucho espacio de ventaja al PSOE de Sánchez; que, al menos, está manteniendo la centralidad y el tono democrático. Una vez más, los asesores del gobierno pinchan. Están preparando un panorama favorable a la campaña de Rajoy basada en la represión, pero aunque la gente no pueda protestar en las calles, parece que estos torpes asesores se olvidan de que la gente sí podrá hablar en las urnas.
La gente podrá votar a pesar de que la ministra de Agricultura de Rajoy diga que «cuidado, que las urnas son muy peligrosas». Una frase que ha traspasado fronteras y ha llegado hasta Alemania. Merkel le ha contestado esta mañana. «Es legítimo que la gente vote», ha dicho contundente, desmarcándose de la peligrosa línea ideológica por la que ahora se desplaza el gobierno de España.
Gema Castellano @GemaCastellano
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