La situación económica del profesorado de la educación pública en Cataluña ha alcanzado niveles insostenibles. Así lo denuncia la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que alerta de una pérdida de poder adquisitivo del 20 % al 25 % desde 2009. El estancamiento salarial, combinado con el aumento continuado del coste de vida, ha colocado a cientos de docentes en una situación de precariedad estructural que amenaza la calidad del sistema educativo y la estabilidad del colectivo profesional.
Actualmente, un maestro con jornada completa en Cataluña percibe una media de 1.958 euros netos mensuales, una cifra muy alejada de los 2.291,65 euros que cobran sus homólogos en el País Vasco, según datos recopilados por el sindicato. Esta diferencia salarial no solo pone de manifiesto una preocupante desigualdad territorial, sino que también refleja una falta de reconocimiento institucional hacia una profesión que es clave para el desarrollo social y económico del país.
Menos de diez euros la hora por educar
La jornada contractual del profesorado catalán se sitúa oficialmente en 37,5 horas semanales, pero la realidad supera ampliamente esta cifra. Las tareas invisibilizadas —como la preparación de clases, la corrección de exámenes, las reuniones con familias, el seguimiento individualizado del alumnado o las actividades extracurriculares— elevan significativamente la carga de trabajo. Como resultado, el salario efectivo por hora cae por debajo de los 10 euros, situando a los docentes en una franja de remuneración que dista mucho del valor social de su labor.
Este deterioro de las condiciones se produce en un contexto económico cada vez más restrictivo: el alquiler medio en Cataluña supera ya los 1.100 euros mensuales, el precio de la gasolina ronda los 1,70 euros/litro, y la cesta de la compra continúa encareciéndose. Ante este panorama, muchos profesionales se ven forzados a buscar empleos complementarios para poder llegar a fin de mes.
“Trabajo en otro empleo para poder salir adelante”, relata Juan Carlos, maestro de educación primaria con 18 años de experiencia. “Tengo que hacer otro trabajo todas las tardes al salir del colegio para poder afrontar todas las cargas familiares. Y no soy el único. Es frustrante saber que estás formando a las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, tener que buscar alternativas para sobrevivir.”
El sindicato exige medidas urgentes
Ante lo que califica de “situación límite”, CSIF reclama al Govern de la Generalitat un incremento salarial del 25 % para el personal docente, así como medidas estructurales que mejoren las condiciones laborales y de conciliación familiar.
“No es sostenible que los docentes sigan aguantando en condiciones tan precarias por vocación. No podemos ser la hucha del Departamento mientras el coste de vivir no deja de subir”, denuncia David Aguilera, responsable del sector de Educación de CSIF Cataluña.
Desde el sindicato advierten que mantener esta situación pone en riesgo la calidad educativa y el futuro mismo del sistema. “Cataluña no puede construir un futuro sólido ni una educación de calidad mientras su profesorado siga en la precariedad. Educar al futuro no puede ser un trabajo mal pagado”, subraya Aguilera.
El mensaje es claro: sin una intervención urgente y decidida, la educación pública catalana podría verse abocada a un deterioro aún mayor, con consecuencias profundas para toda la sociedad.
artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 12 mayo). OpenAI)