Afectan a un número mayor de mujeres de lo que cabría esperar y, aunque muchos de los síntomas y handicaps tanto funcionales como estéticos, se convierten en un lastre permanente para la calidad de vida de la mujer debido al pudor, al desconocimiento o a la resignación, los problemas congénitos o sobrevenidos después del parto, los provocados por la llegada de la menopausia o por el paso del tiempo, tienen solución.
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