No es, ni mucho menos, el impuesto por el que el Estado más recauda, pero han bastado una Asociación hiperactiva, unos medios de comunicación poco rigurosos y el desconocimiento absoluto de la población en general, para que el Impuesto de Sucesiones se haya convertido en el enemigo a aniquilar por la clase trabajadora. Sin embargo, y con los datos reales sobre la mesa, su abolición beneficiaría sobre todo a los titulares de grandes fortunas, sólo el 0,7% de los contribuyentes, …
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