La prueba permitió simular una alerta por riesgo de inundación en una localización sin acceso a redes terrestres de telefonía. Los satélites Galileo, que sobrevolaban la zona, lo remitieron a los dispositivos móviles situados en el área de emergencia y en cuestión de segundos, los usuarios recibieron la alerta y pudieron visualizar con precisión el área afectada gracias a la localización por satélite.
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