Esta campaña revela cómo los ciberdelincuentes están evolucionando en paralelo a las tendencias tecnológicas. El uso de una herramienta legítima y popular como Kling AI no es casual: se trata de una maniobra de ingeniería social que aprovecha tanto el atractivo de la inteligencia artificial como la confianza del público general en este tipo de plataformas.
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