A pesar de que no se trata de un fenómeno masivo, el reclutamiento de jóvenes para la causa yihadista en España preocupa no sólo a las autoridades, sino también a padres y madres de jóvenes adolescentes que, por diversos motivos, se ven atraídos por un estilo de vida trepidante y capaz de ofrecerles las salidas que la sociedad en la que viven les niega. No es fácil saber si un hijo o una hija está tomando contacto con algún tipo de “reclutador”, pero está claro que es el entorno familiar el único que puede detectar conductas sospechosas a tiempo.
Apenas cinco minutos antes de comenzar la entrevista, el Profesor de Estudios árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, Ignacio Alvarez-Ossorio, recibe un mensaje en su móvil. Un cascoazul español muere en Líbano bajo fuego israelí, que respondía a un ataque de Hezbolá. Acaba de ocurrir. El profesor tiene línea directa con periodistas y personal de la ONU y ACNUR destacado en la zona, pero aquí no se le dará mucha cobertura mediática a esa muerte. La zona es un polvorín de alcance internacional, pero sólo nos acordamos cuando el ataque se produce aquí.
