“No apostaría mi cabeza por ese tipo de implantes”. La respuesta me la da el profesor José Antonio Garrido, un investigador que trabaja en aplicaciones biomédicas en el Walter Schottky Institut-Techniche Universitat München, en Alemania, y que acaba de incorporarse al Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), con un contrato como profesor de investigación ICREA. Mi pregunta se refería a esa moda extendida entre los millonarios de pretender mantener su cabeza congelada para insertarla en un cuerpo biónico. No …
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