La estrategia parece ser la de asfixiar a los pequeños productores de leche u otros productos pactando los precios de compra -lo mismo que hacen las petroleras cuando pactan los precios al alza y «aconsejan» a las independientes que no se salgan del tiesto- con el objetivo de obtener pingües beneficios, de los que una parte es invertida en grandes campañas publicitarias cuyo único objetivo es generar simpatía y confianza de marca. Es decir. En hacernos tragar que velan por …
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