Artur Mas

Menudo día. De la ceca a la meca, analizando declaraciones, comunicados y contracomunicados; desmentidos y e-mails con asunto tan sugerente como «este envío anula el anterior». Y es que España se ha convertido en una jaula de grillos, incluida la todavía no independizada Cataluña. Una jaula de grillos desquiciados, donde todo parece estar patas arriba y sin esperanza de generar una gobernabilidad decente.

La gran semana del motor en Barcelona, que ha culminado con la celebración del Gran Premio de España de Formula 1 en el Circuito de Cataluña, ha insuflado un optimismo con menos que más credibilidad realista, en los discursos políticos. Y es que, verán. Cierto es que hemos conocido noticias positivas en el sector del motor, aunque algo exageradas, y que, además, el “input” es el de cierta recuperación aunque sea macroeconómica y de difícil percepción social, pero también es verdad que el eco de la pomposidad de este repunte económico, …

Los catalanes están acudiendo en masa a expresar su opinión. A la encuesta habrá gente que diga sí y otros no, pero, al parecer, quieren contestar. No quieren taparse los ojos, los oídos y la boca, ante una inquietud que, parece, va a más.