De las 36 sustancias investigadas, se encontraron ftalatos en cuatro de las nueve sustancias analizadas, ésteres organofosforados (OPEs) en nueve de 17 y plastificantes alternativos a los ftalatos (NPPs) en seis de las diez sustancias examinadas.
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Disruptores endocrinos
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Entrevista a Miquel Porta, investigador del IMIM: “Estamos intoxicados desde el embrión y no reaccionamos”
por Jose Escribanopor Jose EscribanoTenemos la obligación de exigir a los poderes político y empresarial, que respeten nuestro derecho a mantenernos libres de tóxicos que se acumulan en nuestro organismo y aniquilan nuestra salud y bienestar. El coste sanitario para la salud pública europea que generan los contaminantes hormonales -disruptores endocrinos- supera los 157.000 millones de euros; y esto es posible porque no hemos conseguido un equilibrio a través del consenso, entre los beneficios lógicos para la industria y las exigencias políticas de salud para la sociedad. Ante semejante descompensación, el ciudadano debe actuar.
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Entrevista a Stéphane Horel: “Los Disruptores Endocrinos nos enferman. Su uso demuestra una profunda crisis democrática”
por Jose Escribanopor Jose EscribanoA pesar de que su denominación induce a pensar en conspiraciones imposibles u organismos extraterrestres incluso al escéptico más moderado, los “disruptores endocrinos” nos son más que contaminantes hormonales con los que convivimos habitualmente y que, según estudios recientes, generan un coste sanitario en la salud pública de la Unión Europea de unos 157.000MM de euros anuales. En 2013 la Comisión europea debería haberlos identificado en cumplimiento del Reglamento de Biocidas, pero la Industria ha ejercido una presión constante para que estas sustancias peligrosas sigan sin ser sometidas a regulación.
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NUESTRO FUTURO ROBADO: LA AMENAZA DE LOS DISRUPTORES ENDOCRINOS
por Jose Escribanopor Jose EscribanoNumerosas sustancias químicas, como las dioxinas, PCBs, plaguicidas, ftalatos, alquilfenoles y el bisfenol-A, amenazan nuestra fecundidad, inteligencia y supervivencia. En 1962 el libro de Rachel Carson «Primavera silenciosa» dio el primer aviso de que ciertos productos químicos artificiales se habían difundido.