Olvídese de los lujos de un hotel de cinco estrellas. En este cortijo perdido en la serranía de Ronda la excelencia la ofrece el paisaje y una estancia memorable. Una casa donde conviven el diseño y el arte, y da hospedaje a unos huéspedes que pueden desde montar a caballo a degustar platos saludables o pasear por un jardín medicinal.
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