La modernidad que Zaha Hadid ha transferido a Innsbruck con el diseño del funicular de Nordkette y del trampolín de saltos de Bergisel rivaliza con la tradición e historia de edificios emblemáticos como el ‘Tejadillo de Oro’, el ‘Palacio Imperial’ y tantos otros. Sin embargo, en esta pugna sale victoriosa la, pura y salvaje, naturaleza que se adueña del corazón del visitante. Tiene esta ciudad una tercera cara que sólo muestra en estas fechas: sus mercados navideños asomando como duendes …
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